Selección de frutas sanas y maduras. Preparación y selección de la fruta, seguidamente se deshuesa dependiendo de cada caso y se tritura. De ahí pasa a la mezcla donde se ablanda con agua y azúcar. El tiempo que permanezca en la mezcla dependerá del tipo de fruta. El siguiente paso es la cocción al vacío y a baja temperatura, requisitos indispensables para que la fruta conserve el color y el sabor. Después de la cocción, se le añade al producto un poco de zumo de limón para regular la acidez de la fruta, en caso de que lo necesite, y pasa al envasado, en el que un sistema de vapor permite que la mermelada se envase al vacío. La pasteurización supone el último toque al proceso de elaboración. Consiste en introducir los frascos de mermelada en baños de agua hirviendo durante unos 15 minutos. Llegados a este punto, el producto está listo para que le coloquen la etiqueta. Aunque la mayor parte del proceso es mecánico, el modo de producción es artesanal. Las mermeladas no llevan ningún tipo de conservantes y se hacen a partir de fruta fresca, y no de la pulpa. Este hecho, hace que sea un producto más delicado.
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